Fagofobia: Miedo a Tragar
La fagofobia es un miedo irracional a ahogarse o atragantarse al ingerir alimentos, bebidas o pastillas. El exponerse día a día a las situaciones de comer provoca en la persona una respuesta inmediata de ansiedad. Puede llegar incluso al ataque de pánico causando que la persona evite enfrentarse a las conductas de comer y beber.
Las personas que padecen fagofobia indican que la garganta es más estrecha o que la laringe ha disminuido de tamaño. Sienten sensaciones en la garganta de opresión o de estrechez que no son reales. Identifican estas sensaciones con la dificultad de que pasen los alimentos por esa zona.
También explican que es como si notaran que la comida se les queda pegada en el cuello y sienten que no baja la comida.
Estas personas dejan de comer sólidos, cambian drásticamente su alimentación, suelen comer purés o comidas más liquidas. Cuanto más se acerca la comida al estado líquido más seguras se sienten y cuanto más fibroso es el alimento, más miedo siente la persona.
También tienen dificultad para tragar pastillas y más si las pastillas son de una dimensión considerable.
Fagofobia no es lo mismo que Anorexia
Hay casos que existe una perdida de peso severa. Pero nunca debemos confundir la fagofobia con el trastorno de la anorexia. De hecho las personas que sufren fagofobia severa y sufren perdida de peso, no les gusta verse tan delgadas. Lo que les dificulta el tragar los alimentos es el miedo a atragantarse o ahogarse.
Por tanto las consecuencias de la fagofobia pueden ser una considerable reducción del peso, pero no en todos los casos, ya que hay personas que compensan muy bien comiendo purés o alimentos más líquidos.
También hay una sensación muy importante de impotencia y de frustración. La persona que sufre fagofobia quiere comer, es como si se enredase en este mecanismo paradójico de la ansiedad, no pueden ingerir a la fuerza y se pasan el tiempo masticando la comida durante largo tiempo y aún así les resulta muy difícil la acción de tragar el alimento.
El entorno ejerce una presión, a veces se enfadan porque piensan que no comen por otros motivos o presionan a la persona para que coma, esto termina ejerciendo un efecto rebote contrario, la persona contra más se empeña en tragar más dificultades tiene para ello.
En nuestra sociedad tenemos muchos eventos de los cuales aparece la comida en medio de ellas, como reuniones familiares, comidas de empresa, cenas con amigos. Esto hace que la persona con fagofobia empiece a evitar todas las situaciones que implican comer.
El circulo negativo de la ansiedad.
Cada vez que la persona tiene que ingerir comida, hay un aumento considerable de la ansiedad. Cuando aumenta la ansiedad, eso provoca que la persona se tense y sobre todo tense más la zona de los músculos de cuello y hombros, al tensar tanto los músculos del cuello se dificulta la acción de tragar y esto a su vez provoca más ansiedad. A más ansiedad, más tensión en la zona muscular del cuello y más dificultad en tragar… Así es como se entra en el circulo de la ansiedad de la que es muy difícil salirse por sí solo.
Por tanto las personas con fagofobia tienen un índice diario alto de ansiedad. También puede afectar al estado de ánimo, el hecho de experienciar cada día esta dificultad a la hora de comer, puede ser causa de que la persona caiga en estados de animo depresivos.
También invaden las ideas por temor a la muerte por asfixia o por atragantamiento, eso hace que sea una situación muy ansiógena y muy difícil para la persona.
La fagofobia es una de las fobias que provocan más ansiedad, dado que hemos de comer cada día y varias veces, el ir experienciando cada día situaciones negativas con relación al comer conseguimos que la fobia aumente día a día. Cada vez que estamos teniendo una experiencia negativa estamos reforzando la fobia en los circuitos neuronales. Se convierte en algo muy difícil para la persona que padece la fagofobia el poder salirse del problema por uno mismo, esto produce mucho sentimiento de frustración en la persona y emociones que solo nos llevan a sentir más ansiedad y por tanto a sentir más miedo a la hora de tragar la comida.
Origen de esta fobia
El origen de esta fobia puede ser por haber experimentado un hecho traumático, episodio de atragantamiento o puede ser por haber visto en otra persona un episodio de atragantamiento.
También puede ser que la persona no haya sufrido ningún episodio traumático, pero la persona tenga mucha ansiedad, por los mismos síntomas que pueda tener por la ansiedad o por ataques de ansiedad en que la persona siente ahogo, puede coger temor a la asfixia, se produce una tensión en los músculos que rodean la laringe y eso puede crear la ilusión de que la persona a parte de hiperventilar, está recibiendo menos aire del que necesita y si siente que recibe menos aire, la acción de tragar se suele interpretar como algo mucho más complicado o peligroso.
Tratamiento
El tratamiento para la fagofobia requiere trabajar muchos aspectos que implican la problemática, como la ansiedad, el miedo en sí mismo, las sensaciones distorsionadas que siente la persona, la relación establecida con la comida y la acción de comer y otros factores que estén ejerciendo alguna presión en la persona.
Para ello, es muy importante en realizar una buena comprensión del caso, ya que cada caso es siempre diferente y se tienen que tener en cuenta todos los aspectos que están influyendo en la problemática para posteriormente trabajarlos.
Para trabajar el miedo a tragar se utiliza la terapia de EMDR (Desensibilización y reprocesamiento por movimiento ocular), con esta terapia bajamos los niveles de miedo e incorporamos un patrón positivo para futuras acciones libres de miedo.
Utilizamos también la Hipnosis para fortalecer en positivo las situaciones fóbicas, desarrollando en el paciente las fortalezas y habilidades propias para el momento de enfrentarse a la situaciones de comer.
También se trabaja las sensaciones a nivel corporal. En esta fobia la persona siente opresión en el cuello, es importante enseñar a la persona que relajando esta zona, las sensaciones desaparecen. También se trabaja las sensaciones a modo de aceptación, ya que un disparador del miedo son las sensaciones que la persona siente en el cuello.
La exposición a la comida se realiza de una manera muy gradual y cómoda para la persona. A medida que la persona se va viendo capaz de comer otros tipos de alimentos se van introduciendo estos en su dieta alimentaria. La persona va cogiendo confianza y seguridad ante las comidas y al mismo tiempo se van practicando las habilidades para controlar la ansiedad ante las ingestas.
Se trata de reducir totalmente los factores que puedan resultar ansiógenos para la persona. Trabajamos en colaboración con su entorno más cercano (la familia) ya que es muy importante que la persona que sufre este problema sienta que hay un total entendimiento y comprensión con su problemática.