El vaginismo es un problema sexual que padecen las mujeres que consiste en la contracción no voluntaria de los músculos que rodean la entrada vaginal y el tercio externo de la vagina. Este espasmo, no provoca ningún dolor en el momento de producirse, la mujer toma conciencia del problema sólo al intentar la penetración, el resultado de estos espamos se traduce en una incapacidad para la penetración durante las relaciones sexuales.
Estas contracciones son una respuesta condicionada e involuntaria, en la mayoría de ocasiones insconsciente, al temor, el dolor o las situaciones o los sentimientos conflictivos.
CAUSAS:
Las causas que pueden provocar un vaginismo pueden ser de tres tipos: Orgánicas, psíquicas o sociales.
El vaginismo puede aparecer como síntoma de problemas psíquicos profundos o medios:
- Fijaciones edípicas que impiden la relación coital con el compañero (figura paterna) por simbolización del mismo como relación incestuosa.
- Hostilidad inconsciente a los hombres como género, simbolizando el vaginismo como un rechazo a los mismos o una forma de frustrarles.
- Traumas infantiles como consecuencia de abusos sexuales, violaciones, etc. que generan una fobia a la penetración.
- Homosexualidad no reconocida o latente que produce un rechazo a las relaciones heterosexuales.
- Troquelados emocionales de vergüenza, culpa o miedo relacionados con esquemas mentales o prejuicios relacionados con la sexualidad.
- Complejos diversos que tienen en la sexualidad una de las vías de expresión.
- Personalidades neuróticas o psicóticas que expresan sus problemas a través de la sexualidad.
TRATAMIENTO
El tratamiento en general consiste en la modificación de la causa que produce el espasmo involuntario de la musculatura por medio de una desensibilización sistemática e información, sin embargo, en algunos casos es importante eliminar algún elemento fóbico asociado que dificulte el proceso. Para realizar este proceso utilizamos el abordaje terapéutico de EMDR (desensibilización y reprocesamiento por movimientos oculares), reprocesando de nuevo cualquier recuerdo traumático a una forma adaptativa para el paciente, con EMDR también se reprocesa los elementos fóbicos, ayudando a la paciente a eliminar posibles elementos fóbicos que asocie al proceso de la penetración. Cuando la paciente llega a este punto se pasa a los ejercicios de la fase primera de tratamiento.
Trabajamos con ejercicios de relajación y de consciencia corporal (observarse corporalmente, tocarse los genitales, etc). Posteriormente se hacen técnicas de dilatación progresiva y entrenamiento muscular vaginal (ejercicios de KEGEL), todas estas tareas se hacen en casa entre sesiones y se analizan después en la consulta.
Se trabaja con la paciente los aspectos emocionales y relacionales que puedan provocar bloqueos. En esta terapia se recomienda si es posible trabajar también con la pareja de la paciente, porque se suele encontrar con hombres con temor a provocar una herida a su mujer. Se trabaja también en pareja los temas relacionados con el temor, ansiedad o estrés en torno a la intimidad en general y en la intimidad sexual en particular.