La dependencia emocional es un patrón persistente de necesidades emocionales insatisfechas que se intentan cubrir de foma desadaptativa con otras personas.
Toda dependencia, como indica su propio nombre, acaba derivando en una situación asfixiante, en donde hay una falta de libertad interior. Los síntomas que encontramos en la dependencia emocional son: Una baja autoestima, cambios bruscos de estado de ánimo, miedo al cambio, idealización excesiva de otra persona, baja tolerancia a la frustración y un bajo concepto de sí mismo, incapacidad para poner límites en ciertas relaciones y decir no.
Las principales causas de la dependencia emocional se gestan en la infancia. Cuando éramos niños no aprendimos a ser autónomos e independientes, y seguimos arrastrando carencias afectivas que no fueron satisfechas en su momento.
La persona dependiente emocionalmente suele tener una historia marcada por la carencia de afecto. Es probable que durante su infancia no haya recibido el cariño que necesitaba por parte de las personas significativas de su vida. Aprenden que para ser amado es necesario cumplir con las expectativas de los demás. Esto provoca que el niño busque la atención de los demás, que se esfuerce en hacer las cosas bien para obtener amor.
En muchos casos, como se sintieron solos y desprotegidos durante la infancia, ahora experimentan ansiedad de separación, miedo al abandono y temor a quedarse solos. En estos casos, para lograr la seguridad, el cariño y la protección, utilizan la estrategia de la sumisión.
Por supuesto, más allá de las experiencias en la infancia, en la base de la dependencia emocional se encuentra una interpretación distorsionada del amor. Para estas personas el amor es sinónimo de admiración, posesión y apego obsesivo, en lugar de un intercambio recíproco de afecto en el que cada parte debe mantener su individualidad y libertad. Para las personas dependientes, amar significa entregarse al otro, hasta el punto de perder la individualidad, no comprenden que el amor maduro es aquel que enriquece a ambos y potencia lo mejor de cada cual.
Las consecuencias de la dependencia emocional
- Rupturas de pareja repetidas. La persona que sufre una dependencia emocional de pareja se ve envuelta en un círculo de continuas rupturas y reconciliaciones. A menudo sucede que la forma de ser su pareja no le satisface, pero el miedo a estar solo o a la idea de perderlo hace que siempre de su brazo a torcer.
- Insatisfacción y frustración. El dependiente emocional no encuentra nunca la tranquilidad porque aún cuando tiene a su pareja a su lado, vive atormentado por la idea de perderlo. Esto deriva en una relación agobiante que termina en discusiones y desencuentros lo que provoca que viva en un estado de insatisfacción y frustración permanente.
- Pérdida del “yo”. La persona dependiente se va aislando, reduce su actividad social para entregarse por completo a su pareja. Poco a poco, deja de ser quien es, ya que, al centrarse tanto en el otro, deja de pensar en lo que desea o le gusta, y comienza a vivir a través de las necesidades y preferencias de su pareja. Sin embargo, cuando una persona abandona sus sueños y metas, el “yo” comienza a difuminarse y llega un punto en que ya no sabe si actúa de cierta forma porque realmente le satisface o solo porque desea agradar a la persona que tiene a su lado.
- Celos patológicos. La persona dependiente suele entregarse por completo y a ciegas a la relación, por lo que espera lo mismo del otro, si no ocurre así, suele experimentar celos que alcanzan un nivel patológico. A medida que la relación avanza, el dependiente emocional exigirá cada vez más tiempo y muestras de cariño, llegando a agobiar al otro, por lo que, a la larga, si no logra superar la dependencia emocional, perderá a la persona amada.
- Trastornos psicológicos. En muchos casos, la ruptura de la relación genera un trauma difícil de superar. La persona dependiente puede reaccionar escondiéndose tras comportamientos adictivos que pueden dar pie a la bulimia, el alcoholismo o la drogadicción. También es usual que aparezcan cuadros depresivos o que se desencadenen comportamientos obsesivos, que se convierten en una vía para liberar la tensión.
Dependencia emocional: Tratamiento
En Centro de Psicología Avanzada hemos desarrollado un tratamiento muy específico para la dependencia emocional, en la que se realiza un trabajo muy potente sobre la autoestima y el aprendizaje para que te valores más y con ello que tu felicidad no dependa tanto de otra persona. La terapia incluye técnicas de ultima generación, como la Hipnosis Clínica, el EMDR y la relajación.
A través de estas técnicas podemos acceder a tu inconsciente y descubrir esas experiencias infantiles que están en la base de la dependencia afectiva. Además, de esta forma podemos cambiar con mayor facilidad algunas de las creencias que alimentan este problema y eliminamos las emociones negativas vinculadas al mismo.